18 ago 2008

Que pena

Me preparo para volar. Hoy el cielo me envía su invitación y, como un ave, acepto. Maravillado encuentro cada nube un sahumerio. Los aromas me inundan con recuerdo de algún pasado que ya viví.
A medianoche regreso. Mis pies tocan la tierra y me devuelven la humanidad. Que pena.
Voy caminando lentamente, la espalda arqueada como protegiendo al corazón. Entre calle y calle los murmullos de los autos me dicen “Esta es tu realidad”. Que pena.
Otro universo me espera, pienso, pero a la vuelta de la esquina sólo quedan mis sueños, anudados de tanto dormir. Mis zapatos ya pesan, los descarto.
Avanzo por la ciudad sin que me abrume esa grandeza que no logro encontrar. Entre farola y farola también se oscurece mi interior y la paz. Violencia y muerte ocupan mi lugar. El abrigo me pesa, lo debo dejar.
Maderas crujen bajo mis pies descalzos, lastimados de andar. Los muelles, heridas en el oleaje, se presentan a una luna teñida de metal. La brisa golpea, casi huracán. Mis pantalones pesan pero con el viento huyen al mar.
El repiqueteo de la lluvia ahuyenta a la gente. Los lleva a cada uno a su hogar y yo otra vez solo y desnudo como al principio. Me caigo ante la humillante desesperación de que sólo me recuerden aquellos que, en esta fría noche, no se salvan de temblar.
Y la cruz en mi espalda pesa.
Nunca me la podré quitar.

27 jul 2008

Forastero

Reposaba casi sin hombre.
Despierto y aguzado
El sentido del saber.
Era otoño un niño 
Y aquel llegaba.
Con la nubes no contaba
Pero la luz y el cielo
Maravillado observaba.
Extraño viajero
¿De que sueño has venido?

Me miraba como con hambre.
Desierto y destrozado
El mundo del extraño.
Fue de vida o muerte
Con el sol brillando.
El amor se burlaba
De una mente tomada,
Adormecida y jugada.
Profunda tristeza
¿De dónde demonios has venido?

29 jun 2008

Memorias

Escribo en la piel
Memorias del aire y sed.
El mar nos preparaba
Designios de un tiempo
Que vivimos sin volver.
Estrella aterciopelada,
En destellos de placer
Y tu belleza me dormía
Sin saber que hacer.
Sentido sin presión
se extienden para ser más,
Pues me irrita tu nombre
Y tu pelo da paz.

27 jun 2008

Ángel

      Se fundían ya los contornos de esa tarde en el horizonte. El sonido del tren y los matices anaranjados del cielo me traían adormecido. Casi inevitable fue cerrar mis ojos, pero lo que vi me despertó al instante. Ese rostro, envuelto en luz, tan lejano, tan antiguo como los otoños a su lado. 
-Despierta- Susurró muy bajo. Era celestial. -El tiempo ha pasado. He vuelto, recuperé mis fuerzas. Soy el ángel de tu salvación, el que tiempo atrás tuvo que abandonarte. El ángel que te dio cordura, el que quiso abrazarte para nunca irse.- 
       Una pausa pareció frenar hasta el tren en el que viajaba. Las aves nocturnas cesaron sus cantos y el viento que antes se inmiscuía por la ventanilla, dejó de azotarme. Me lloraba, suplicando. Sus lágrimas se extinguían cerca de la boca, humedeciendo un rostro desierto de caricias.
      Intenté acercarme lentamente, hasta que pude notar como su luz quemaba.
      Los sonidos de la noche volvieron a silbar su trémula sinfonía cuando rocé su cara. Ella sonreía y mi mano soñaba. El calor incandescente se transformó en la más cálida tibieza. 
-Te perdono ángel mío, mi ángel de la guarda, salvación de mi alma. Solo tú eres la razón de que haya respirado todos estos años, pues a ti te he dedicado cada uno de mis pasos.-
      Caí rendido a sus pies, estrellado de felicidad. Acomodado en su regazo volví a mezclar mis penas con las suyas. Era todo tan perfecto, como si nada hubiese pasado. 
      El alba llegó casi mágicamente. El tiempo había pasado y no podría retenerla mucho más. Lo sabíamos. 
-Moriría si me pides que te deje ir nuevamente- Murmuré lentamente en su oído. 
-No me verás, pero nunca me iré de tu lado, no te abandonaré otra vez. Tus manos serán las mías, veré con tus ojos, y usaré tu garganta para gritar cuanto te amo. Sabes que viviré dentro de ti, así que déjame ir a casa.
     Las lágrimas se juntaron en un beso que aún no termina. 
     Al abrir los ojos, ya estaba acompañado.

22 jun 2008

Halcón mudo

Hablando
Hasta en tu hartazgo
Ha logrado morir.
Ha vivido él de la 
Hiel de tu
Hígado que no
Hierve.
Hadas e
Hijos ajenos
Hay en el garage, y está tan
Hastiado de tantos
Hombres que irritan
Hasta al 
Heroe de sus sueños,
Halagando el
Habitual 
Hacer del
Halcón y su 
Hado que no lo
Ha de dejar libre en su 
Hábitat para morir,
Hablando.

20 jun 2008

Pequeña del mar


Pequeña del mar,
¿Estás ahí?,
Puedo recordar las tardes
Y cada ocaso que compartimos.
Era en tu reino lejano,
¿Lo recuerdas?
Ambos amando el aroma de la sal
Endulzado por tus cabellos.
Dos lágrimas y mil sonrisas dejamos escapar
Cuando ya el invierno 
Congelaba amor, fe y esperanza.

Pequeña del mar,
¿Ya me has olvidado?
Lejos del mundo, comprendo todo,
Observando el retrato
Que enmarca tu rostro, la vida,
Es tan sencillo, quizá extraviado.
Me fui de tu reino, quise ser otro,
Y el mar ya se había borrado
De tus ojos, del anhelo mío.
De atardeceres y mil risas
Rescataste dos lágrimas heladas.

Pequeña del mar,
¿Me recuerdas?
No lo creo, 
Es todo tristeza
Sin mar, sin aliento dulce
Que alivie esta pena.
¿Será que te has ido?
En otro navío, 
A navegar otro piélago,
¿Será que te has ido?
No lo resisto, no lo permito,
Lo vivo y lo muero.

 Pequeña del mar
Te escribiré eternamente,
Con cada lágrima manchada,
Y en cada brisa endulzada
Te invocará mi recuerdo.


17 jun 2008

Mis fotoss!

Aca dejo algunas de las que más me gustan. Son todas sacadas con un rudimentario Nokia 6131 y editadas en algun primitivo programa gratis para edición de fotos. Jaj.. espero les gusten.

En el espejo empañado.


En una fiesta de 15, Luces.


El perro más hermoso que he visto.
 
La vereda de mi colegio!


Mi perfil y el cielo. Ja.

16 jun 2008

Marionette


Resucitando de aire
Y con la frente bien alta,
Se desata intempestuoso,
Azotado de heridas.

El presente es suyo,
Pero ríe con lágrimas.
Una belleza distorsionada
Por la sed de venganza.

Sólo sufrir es consuelo
De tierra mojada y sol.
Observa desnudo en la noche,
Girando, ajeno al derroche.

Es la espera en soledad
La que destruye y lastima.
Tormentas en su alma
De inocencia perdida.

¿Abrazo al progreso?
O demencia adquirida.
Son vacío y deseo
Las promesas cumplidas.

Escapando al odio
Eludes su amor.
¿No puedes ver en sus ojos
La pureza de un don?

11 jun 2008





El día parecía nublado. El sol. ¿Y el sol? Se había esfumado. No recuerdo bien cuando fue que la vi salir. Ni venir. Sólo sé que allí estaba, serena, con sus ojos tristes de mirada perdida. Se sentaba, una y otra vez, observando su alrededor. No le importaba.
Con su libreta vivía, dormía, comía. Era su vida, compañera y amiga. No acostumbraba saludar a los pasantes, pues le temían por no comprenderla. Sentía que su voz resonaría en mí por siempre. Perdí noción del tiempo y la distancia.
Jugué con mis pasos hasta llegar a ella. Ni palabras ni sonidos pude articular, me ganó de mano con un discurso sobre un universo lleno de desgracias que quería olvidar. Estaba sola, ansiaba conversar. Instantáneamente me convertí en su estrella, sentí que debía guiarla. Me rezó sobre la vida y la muerte. Acerca de llorar y reír por razones que no están, no existen ni lo harán. Supe de su historia, promesas rotas que la desviaron de amar. Lloré, no lo pude evitar.
Le hablé, no escuchaba. Grité, ni se inmutaba.
La abrasé para despertarla y se disolvió. Pude comprender.
Ahora cada día de sol la veo salir de mí para sentarse, varias veces, en su plaza con mi libreta. Nadie le habla. Sólo yo la veo. Después de todo ella es mi alma.


9 jun 2008

La distancia




Sobre la colina, alzando la mirada y los brazos, el hombre gritó al cielo:
- Oh Dios, ¿Porqué nos has abandonado? ¿Acaso no tienes Tú la cura para nuestros males? Podrías erradicar las enfermedades que nos atormentan, y hasta detener los desastres de la naturaleza que aniquilan a miles y dejan a otros tantos sin hogar. ¿Acaso no ves que nos destruimos unos a otros? ¿Porque te mantienes tan alejado? Si tan sólo bajaras por un instante de tu glorioso trono y contemplases lo que hemos hecho con tu creación. ¡Entonces ven! ¡Muéstrate! Los que piden por tu ayuda están aquí, esperándote.-
Aguardó unos instantes hasta que hubo visto que no existiría respuesta alguna. Dio media vuelta para observar a la multitud que lo seguía y dijo:
- Entonces, vuelvo a preguntarles. ¿A cuántos kilómetros creen que está Él de nuestro planeta?



8 jun 2008

Vida

¿No estás cansada de ver las aves huir?,
Deberías.
Si hasta el cielo llora en una línea,
Roja.
Y es esa línea la que una vez nos unió,
Duele.
Enjaulados, llenos de esperanza,
¿Necios?
Cubiertos de nada, vimos lo negro que se viene,
Sonriendo.
Pero la vida aún nos pertenece,
Libres.
¿No es extraña la luna ahí detrás?
Miedosa.
Invítala a nuestro refugio, que no tema,
Convéncela.
Aunque la lágrima duela, es astro, alma nuestra,
¿Vivirá?
Ríos de sangre pronto vendrán,
Nadaremos.
Que no cueste sudar, el tiempo apremia,
¿Superficie?
Llegamos por fin, ¿No lo crees?
Victoria.
Nunca hubo razón pero buscamos.
Paz.
¿Jugarías de vuelta?
Vida.

4 jun 2008

De luna

En la tumba no hay flores. Los reflejos de la lluvia elevan aromas de antaño.
No habrá cielo sin que lo pidas, sólo un árbol y la ruta. Un camino que me lleva y devuelve a lo que siempre fui queriendo. Un sueño hecho realidad de la implacable.
La luna te describe y me hace sentir un loco. Tal vez lunático, pero rondando siempre la paz que llegará algún día.
Ciego, camino y confundo el ruido de las hojas con el latir en tu pecho. ¿Te has hecho tan frágil? Ya no puedo soportar, es idea y hecho, es recuerdo de sal.
Y hoy el agua nuevamente me trae un suspiro y en las noches nubladas sólo quiero llorar. Eras artista y obra, sufrimiento y mal. Destruías y me levantabas sin tu maldad ocultar. Sin alma, Sin piedad.
De existir a no ser viaja nuestra historia. Los recuerdos invaden otra vez una vida llena de paz. Superan mis defensas. Sabotean mi razón. Resbalan, caen y rompen otra vez mi tonto corazón.

24 may 2008

Ecos

Ella estaba allí.
El sabía que ella estaba allí.
¿Pero dónde?

-¿Hay vida después de ti?- Se preguntó.
No hubo respuesta.
Sólo latidos.
-¿Me recuerdas?- Aventuró esta vez.
Nuevamente el suave repiqueteo de un corazón.
-Muéstrate ante mí- Ordenó.
Y nada.
-Por favor-
Arrepintiéndose.

Y sonaron otra vez.